El gesto de Boca con los jugadores de Argentino de Monte Maíz tras la goleada

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La delegación del Xeneize decidió obsequiarle toda su utilería a sus pares del equipo que actualmente milita en el Federal A.

En una jornada que quedará grabada en la memoria de los jugadores de Argentino de Monte Maíz, la victoria de Boca por 5-0 en los 32avos de final de la Copa Argentina no sólo fue un resultado contundente, sino el inicio de una hermosa muestra de camaradería entre equipos de diferentes categorías.

Tras el pitido final en el Estadio Brigadier General Estanislao López, el plantel xeneize tomó la decisión de regalar toda su utilería al club cordobés, incluyendo camisetas, pantalones y otros elementos de indumentaria. Este gesto, que se ha convertido en una práctica habitual tras enfrentamientos entre grandes y modestos en el torneo, tuvo un valor simbólico enorme para los futbolistas del Raya.

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A pesar de la derrota abultada, los jugadores de Argentino salieron del campo con sonrisas y entusiasmo. Las fotografías y las conversaciones entre rivales fueron el reflejo de un ambiente cordial y deportivo que superaba la tensión del partido.

Después de un breve período de espera en los pasillos del vestuario, donde algunos empleados de seguridad recordaron las normas de acceso, los jugadores pudieron acercarse a las estrellas de Boca para obtener autógrafos en sus camisetas azules y blancas. La emoción se palpó en el aire, sobre todo cuando algunos futbolistas de Argentino, como Iván Amaya y Ramón Lentini.

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Amaya, defensor de Argentino y confeso hincha de Boca, no pudo ocultar su alegría al mostrar la camiseta número 22 de Kevin Zenón, anotador de uno de los goles. Por otro lado, Lentini compartió una anécdota divertida sobre su intercambio con Luis Advíncula, quien rió junto a él tras una jugada ocurrida en el partido. "Nos quedamos hablando después del partido sobre una jugada… es un lindo personaje", relató.

La jornada culminó con un intercambio de camisetas entre Ramiro Lasserre y Exequiel el “Changuito” Zeballos, consolidando así un gesto que perdurará más allá de los 90 minutos disputados en el campo.

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