Escándalo en España: dos jugadores del Valladolid se pelearon en el banco durante el partido
Luis Pérez intentó agredir a su compañero Juanmi Latasa en medio de la goleada ante Getafe y el club anunció sanciones por el bochornoso episodio
La crisis deportiva del Valladolid, que parece condenado al descenso en LaLiga, sumó este domingo un capítulo insólito y violento: dos jugadores del equipo protagonizaron una pelea en pleno partido. Luis Pérez intentó golpear a Juanmi Latasa en el banco de suplentes ante la mirada atónita de los hinchas en el estadio José Zorrilla y de miles de televidentes que seguían la transmisión en vivo del encuentro ante el Getafe.
La escena ocurrió a los 15 minutos del segundo tiempo, cuando el equipo local ya perdía 3 a 0. Latasa, delantero de 24 años que había sido reemplazado por Darwin Machís, se sentó visiblemente frustrado y comenzó a intercambiar reproches con otros compañeros.
Entre ellos estaba Pérez, defensor que no había ingresado al campo de juego. En un clima de tensión creciente, los insultos se transformaron en una discusión acalorada que culminó con un intento de agresión por parte de Pérez, quien le lanzó un golpe de puño a Latasa.
Según se captó en la transmisión, Latasa le recriminó la actitud al equipo con frases como: “Esto es una mierda horrible, ¿no ves que así no hacemos nada?”. Minutos más tarde, tras una provocación verbal, Pérez perdió el control e intentó golpearlo, aunque el impacto no se concretó.
Fue contenido por su compañero Eray Cümart, quien intentó calmarlo tomándolo del rostro. Latasa, por su parte, permaneció impasible, bebiendo de su botella mientras Pérez se retiraba visiblemente alterado rumbo al vestuario.
El partido, que terminó 4 a 0 a favor del Getafe, dejó al conjunto violeta prácticamente sentenciado al descenso. El equipo está a 14 puntos del Alavés, el último fuera de la zona roja, con apenas 24 en juego. La situación deportiva es tan crítica como el ambiente interno del plantel, que ya había sido protagonista de un supuesto conflicto en febrero tras un duelo con el Villarreal, aunque aquella vez el club lo desmintió.
Tras el escándalo, el entrenador Álvaro Rubio enfrentó a la prensa con una mezcla de decepción y desconcierto: “No sé qué ha pasado. No es la mejor imagen que podemos dar. Son dos jugadores que son amigos, pero hay mucha tensión y estas cosas pueden surgir. Hay que evitarlas”.
El club no tardó en emitir un comunicado oficial condenando el incidente: “Lamentamos profundamente la imagen ofrecida por nuestros jugadores. La frustración debe traducirse en más compromiso, no en enfrentamientos. En defensa de la imagen del club y el respeto hacia los compañeros y la afición, se aplicará el Reglamento de Régimen Disciplinario con ambos jugadores”.
El equipo de la ciudad, que había ascendido en mayo de 2024, atraviesa un presente sombrío que no solo lo empuja de nuevo hacia la segunda división, sino que también deja al descubierto un vestuario partido por la tensión y la frustración.
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