Racing campeón: Gustavo Costas se convirtió en tendencia
El DT de la "Academia" vivió el partido ante Cruzeiro como un hincha más, lo que provocó en los hinchas un reconocimiento extra en las redes sociales.
Gustavo Costas, el técnico que vive cada partido con la pasión de un hincha, tiene una conexión única con Racing. En 1967 fue mascota del club, en 1988, como jugador, ganó el último título internacional hasta esa fecha, y ahora, como director técnico, le devolvió la gloria al conquistar la Copa Sudamericana, dejando una huella más en la historia del club.
Su amor, su pasión y entrega por el club traspasó la pantalla y provocó que tanto hinchas como simpatizantes de otros equipos de futbol, tuvieran la necesidad de resaltar su persona en las redes sociales.
Gustavo Costas se convirtió en tendencia por su amor a Racing
Emocionante: de la alegría al llanto incontenible de Gustavo Costas
A sus 61 años, el DT de la Academia y símbolo histórico de su equipo, al ganar la Sudamericana se comportó como dijo que quería que lo recordaran: como un hincha, como el más el más chico y el más grande de los hinchas...
En el último suspiro, en el último minuto, el colombiano Roger Martínez se fue solo de contragolpe y definió cruzado ante la salida del arquero William Cassio para poner el 3-1 definitivo. El Cruzeiro sacó de medio campo y el árbitro uruguayo Esteban Ostojich pitó el final del partido.
Entre una emoción y otra, lapso durante el cual pasaron segundos, la alegría se desencadenó entre los miles de hinchas de Racing que arribaron al estadio General Pablo Rojas, en Asunción, para presenciar la final histórica ganada por la Academia. La Copa Sudamericana comenzaba así su viaje a Avellaneda.
Hora antes del partido, durante una conferencia de prensa, le preguntaron a Gustavo Costas cómo le gustaría que lo recordaran. “Como un hincha”, respondió con seguridad el actual director técnico de Racing Club.
Y así se comportó en tierra guaraní, cuando la suerte estaba echada a favor de sus dirigidos y del pueblo racinguista que celebra una copa internacional más después de más de tres décadas de sequía, 36 años para ser exactos.
Con el tercer gol fueron el grito y los brazos en alto; con el final de partido consagratorio llegaron los abrazos apretados con el cuerpo técnico y con sus jugadores, que en la tarde de este sábado se convirtieron en héroes de una ansiada historia.
Luego llegaron el desahogo y el llanto incontenible: Gustavo Costas, el conductor, el realizador de esta dramática película con final feliz, el jugador histórico de la Academia que en 1988 era parte de aquel plantel que en Belo Horizonte obtenía la Supercopa, a sus 61 años lloraba como un chico, como el más chico y el más grande de los hinchas del Racing Club de Avellaneda.
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