Qué malabares hacen los argentinos para llegar a fin de mes

Economía

Puede que el equilibrio fiscal sea el orgullo del Gobierno, pero en las casas la recesión dinamitó el poder adquisitivo y eso complica hasta ir a trabajar.

El Gobierno remarca las bondades del equilibrio fiscal en cada oportunidad que se presenta y celebra la baja de la inflación medida por el INDEC, pero en los hogares argentinos los números están de cualquier modo menos en armonía. Tanto es así que llegar a fin de mes se convirtió en una meta casi imposible de alcanzar.

Aunque el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) midió un 3,5% de inflación en septiembre de 2024 miles de hogares están "en rojo" por el aumento de las tarifas de costos fijos como los servicios, los boletos del transporte público o combustibles, que se acentúa con respecto a la falta de actualización de los salarios.

Combustibles, SUBE: cómo ganarle a la inflación

El panorama se completa con una notable caída del empleo formal, del cual se perdieron 147.000 puestos en el último año (según el INDEC), y entonces sí cierra la cuenta: la recesión dejó a más de uno a pie, literal, porque hasta viajar al trabajo quedó afuera del presupuesto mensual.

"Hoy le puse 20 luquitas", declaró un hombre al volante de su auto cuando en C5N le preguntaron por su prespuesto en combustibles. El costo de esa carga no se verá traducido en muchos días de uso, a menos de que reserve su vehículo para casos especiales.

"Yo ahora le estoy poniendo $ 26.000, con eso ando todo el día de hoy y mañana al mediodía tengo que volver a cargar", reconoció el conductor de una ambulancia, que además aseguró que "lo más caro ahora es comer".

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"No alcanza, y nosotros comemos a la noche nomás", reveló el hombre sobre su pareja y él. Otro problema que empiezan a tener cada vez más argentinos es que no hay forma de ahorrar para afrontar gastos imprevistos, por más delicados y urgentes que sean.

"Tuve un problema en un dedo, me recetaron tres remedios, solo pude comprar no. Y tengo obra social, me descuentan, así y todo", explicó el conductor de la ambulancia.

Mientras tanto, el chofer de un taxi explicaba que "cuesta" pagar los combustibles porque "el laburo está complicado, pero se hace lo que se puede".

"Vengo haciendo acumulación de ofertas", aseguró una conductora en referencia a las promociones bancarias y otros beneficios que circulan en el mercado. Otro hombre aseguró que "sin ningunda duda" tiene que separar el dinero para el combustible para que no se le vaya en cosas como el supermercado, porque "ya sé que hoy tengo que cargar y la tengo que reservar para esto".

En el caso de los trenes del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el boleto mínimo ya está en $ 280 mientras que quienes viajen entre 12 y 24 kilómetros deberán pagar $ 360 y las personas que completen todo el recorrido de un ramal abonarán unos $ 450.

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Los colectivos, cuyos subsidios del Estado fueron retirados en el AMBA, llegaron a un valor de entre $ 371 y $ 508 si se pagan con una SUBE registrada, mientras que el viaje subte de la Ciudad de Buenos Aires empezó a costar $ 757 en octubre.

"Está muy jugado pero no queda otra, porque si no cargás la SUBE no trabajás en toda la semana", confirmó un pasajero a C5N en la terminal de Constitución.

Otro pasajero del Roca afirmó: "Yo le cargo nueve lucas y el viernes ya no tenés un peso", y uno más hizo la cuenta en voz alta: "Hay que cargarlo porque si no, no se puede viajar y hoy todos controlan, peor es tener problemas. Yo tomo cuatro subtes, dos trenes y dos colectivos hasta mi casa", señaló.

Así los números no cierran.

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