El Ombú

*Los árboles de Buenos Aires "tienen ese no se qué" pero además poseen historia, diversidad y características especiales.
*Te presentamos cada especie que hay en la ciudad.
*Si no sabés qué arbol es el de tu cuadra, mandanos una foto y te contamos.

Ombu: Phytolacca dioica
Famlia: Fitolacáceas
Nombre vulgar en portugués: Umbú        
Nombre vulgar en guaraní: Ïmboú       
Nombre vulgar en inglés: Umbra Tree

Phytolacca deriva de dos palabras griegas, phyton y lacca, que significan ‘planta’ y ‘barniz’, en alusión a que algunos frutos de especies pertenecientes al género poseen propiedades tintóreas. Dioica se refiere a la existencia de sexos separados en los árboles.

Tiene su hábitat original en el sur del Brasil, Uruguay, Paraguay; en el país, crece en el noreste desde Formosa hasta el norte de Buenos Aires, en la Mesopotamia, en Salta y Tucumán.



En la ciudad



Algunos autores extranjeros dicen que el ombú es la planta perfecta para los parques públicos. Su gran longevidad, su sombra densa y abrigadora, y las raíces que invitan a sentarse lo hacen una especie de ser protector al que uno quisiera acercarse. Los insectos, sin embargo, encuentran en el árbol algo que los ahuyenta, de manera que, a su sombra, no hay moscas ni mosquitos molestos. Esta característica está dada por un olor especial que emana del árbol y que se nota más de noche, bastante


    Algunos autores dicen que el ombú es el arbol perfecto para los parques públicos por su longevidad, su sombra y las raíces que invitan a sentarse lo hacen una especie de ser protector al que uno quisiera acercarse.

desagradable.



Los ombúes de la Ciudad de Buenos Aires parecen no tener edad. Aunque vistos a la distancia semejan antiguos seres, su capacidad de crecimiento y la longevidad que los caracteriza los convierte en individuos que nunca mueren. No se secan naturalmente, excepto por la incidencia de algún rayo o alguna tormenta devastadora. No tienen plagas o enfermedades que los afecten y, por otro lado, la característica de no formar madera los hace incombustibles.



Los ombúes más jóvenes que hay en Buenos Aires se encuentran en la forestación relativamente reciente de la Av. 9 de Julio Sur y del Parque de los Niños, en el área Costanera Norte, donde se puede comprobar su aceptable resistencia a la situación costera. Árboles que serán parte de la vida de muchas generaciones por venir. Siempre que alguna mano no intente eliminarlos. 

¿Dónde está?



En Plaza Roma, en el Museo Larreta, en Parque Rivadavia, en Barrancas de Belgrano, en muchas plazas y parques de la ciudad.

Forma y tamaño



Su característica forma lo hace conocido para cualquier persona. Sus enormes estructuras de raíces y base del tronco invitan a treparlos o a sentarse a su sombra. Ocupan enormes espacios, con su copa de poderosas ramas, que puede llegar a los 30 m de diámetro. En los sitios húmedos cambia su forma, para crecer alto y delgado.

Interés principal



Su fantástico porte y su sombra generosa.

Sitios de cultivo en Argentina



Es muy cultivado por su portentosa forma de árbol bueno y que abriga. Contradiciendo creencias populares, no es verdad que “la pampa tiene el ombú” ya que los árboles solitarios que se encuentran en la región pampeana han sido plantados por el hombre.

Mitos y medicina popular



Se atribuyen propiedades purgantes a las hojas y frutos; y una antigua broma dice que, para echar a alguien, se le convida mate con hojas de ombú. Sin embargo, las propiedades laxantes estarían sólo en la corteza y en la raíz, que también contienen otras sustancias útiles como anti-reumáticas.


Contradiciendo creencias populares, no es cierto que la pampa tenga el ombú ya que los árboles solitarios que se encuentran en la región pampeana fueron plantados por el hombre.


La corteza calcinada resulta en un residuo rico en sales de potasio que se usa para aplicaciones externas como cicatrizante y hasta para fabricar jabones.



Los dichos populares lo llaman “hierba gigante”: es que los troncos tienen una característica forma de desarrollar sus tejidos de manera que no pueden lignificarse, formando madera. Al cortar una rama de ombú pueden verse los anillos de crecimiento superpuestos, similares a láminas de papel enrolladas. Es imposible hacer que ramas y troncos ardan cuando son verdes; se queman como papel, sin dar llama ni calor, cuando están secos.



“Es mala suerte hacer el rancho bajo’el ombú”, dice una antigua leyenda criolla. Otras hablan de sus grandes troncos e imaginan que allí viven dioses y demonios. El hecho es que los ombúes pueblan las poesías y los cuentos del folclore argentino y son un símbolo, quizás el más inequívoco, de la identidad de la llanura y de la pertenencia a esta tierra.

Corteza



La corteza de los ejemplares jóvenes es de color canela. Al envejecer, se vuelve más oscura y poco agrietada, similar a una piel de elefante.



Follaje



Las hojas son enteras, lisas, grandes y bastante duras, de color verde claro con el borde amarillento.

Flores



Los ejemplares pueden ser masculinos, con flores en racimos péndulos, de color blanco y con estambres muy visibles, o femeninos, que dan flores redondeadas, divididas en gajos.



Frutos



Los frutos son bayas carnosas, achatadas, en racimos péndulos de color verdoso.


 







 


Extraído de "Arboles de la Ciudad de Buenos Aires", de Graciela Barreiro. Gentileza de Vázquez Mazzini Editores.


 



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