Diego Lerman y Leo Sbaraglia homenajean a José de Zer con "El hombre que amaba los platos voladores", lo nuevo de Netflix
"El hombre que amaba los platos voladores" ya se encuentra disponible en Netflix y entre la ficción y la realidad, Lerman creó una historia atrapante.
Por Noe Ríos
Brillante, artística y creativa son las tres primeras palabras que vienen a mi cabeza cuando tengo que describir "El hombre que amaba los platos voladores". La nueva película de Netflix hecha en Argentina, que ya se encuentra disponible, está protagonizada por Leonardo Sbaraglia y fue creada por Diego Lerman, quienes juntos son una dupla explosiva y brillan en esta nueva cinta. Con una combinación entre ficción y realidad, ambos trajeron a la pantalla una de las historias que marcó el periodismo argentino: la de José de Zer.
José de Zer, uno de los periodistas más importantes del entonces canal 9, en el año 1986 cambió la historia de la creación audiovisual. Esto es porque ese mismo año, el periodista junto a su camarógrafo, Chango, se subió a su auto y emprendió un viaje hacia La Candelaria en Córdoba. La decisión de hacer el viaje llegó luego de recibir una propuesta de dos desconocidos, pero al llegar al lugar descubrió que no había mucho para analizar más que un pastizal quemado en medio de los cerros. Fue, a partir de esto, que comenzó la labor de un genio mitómano con un talento oculto: la creación audiovisual de presencia alienígena más recordada en la historia de la televisión argentina.
Es, a partir de ahí, cuando surge una historia atrapante, encantadora y hasta divertida. Bajo el lema "seguime, Chango", José de Zer se sucumbe en un mundo de ficción y realidad en el que Diego Lerman supo combinar ambos géneros en uno. La narrativa de "El hombre que amaba los platos voladores" es innovadora y sorprendente que, hasta cierto punto, me hizo acordar a la magia de "Duna", la película de Denis Villeneuve por su forma en la que desarrolla hechos que sí sucedieron, pero no desde la realidad.
Además, si hay algo especial detrás de este film es su forma de manejar el tono superficial a la hora de contar los extremos provocadores de De Zer como sus adicciones o enfermedades. Con un virtuosismo riesgoso del que salió victorioso, Lerman también sabe arriesgarse a nivel cinematográfico jugando con los planos, en especial con el secuencia con el que consigue darle esa esencia antigua a una película que te transporta a una época que muchos no vivimos.
El director, en esta película no solamente consigue rescatar lo vintage con la recreación de la época ochentosa, sino que para lograrlo tiene muchos aliados. Aunque, sin dudas, el principal es Leo Sbaraglia. El actor y considerado, al menos por mí, "el hombre de las mil caras" argentino, se permite todo. Su personaje, al mejor estilo José de Zer, es absurdo, expresivo y con miles de recursos para poner el humor como su primer estandarte demostrando, una vez más, que es un actor de prestigio del cine nacional.
Por si esto fuera poco, la compañía que recibe Sbaraglia con respecto a su Chango, interpretado de forma sublime por Sergio Pina, es una forma de mantener la cultura y la esencia de aquél momento. En especial cuando se trata de la forma de hacer periodismo de antes. Sin dudas, "El hombre que amaba los platos voladores" es un sinfín de creatividad, buenas decisiones y una comedia ficticia que revive una época honrada del periodismo.
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