Se cumplen 25 años de la muerte de Luca Prodan
El 22 de diciembre de 1987, el ex líder de Sumo apareció sin vida en su casa. Un personaje que revolucionó el rock en los '80 y dejó una huella imborrable en nuestro país.
En nuestro país, Luca encontró la salvación para su adicción a la heroína, por la que había estado internado en Londres al borde la muerte. Pero cayó en el alcohol lo que años más tardes desencadenaría en su muerte.
Junto a Los Redonditos de Ricota y Los Twist, Sumo conformó el trípode más innovador y revulsivo de la escena under que se juntaba en el Café Einstein de Omar Chabán en los últimos días de la trágica dictadura militar, construyendo uno de los discursos artísticos más potentes del rock local.
Los discos oficiales de Sumo con Luca a la cabeza fueron tres: "Divididos por la felicidad" (1985), donde están "La rubia tarada", "Mejor no hablar" (compuesta por el Indio Solari), "El reggae de paz y amor" y su versión de "Kaya", de Bob Marley.
Luego vinieron "Llegando los monos" en 1986 con "Viejos vinagres" y "Que me pisen" y en 1987 "After Chabón", con "Mañana en el Abasto" y "Lo quiero ya", que con su frase "no sé lo que quiero pero lo quiero ya" que marcó una época.
El último recital de Luca Prodan fue en el estadio del Club Atlético Los Andes el 20 de diciembre de 1987 concierto al cual sólo asistieron unas 500 personas y en el que sus compañeros recuerdan haberlo viste muy flaco y desmejorado.
"Ahí va la última", fue la frase que el músico deslizó momentos antes de interpretar una poderosa versión de Fuck you.
Y así fue. Dos días después, el martes 22 de diciembre de 1987 lo encontraron muerto en la habitación de su casa ubicada en la calle Alsina 451 en el barrio de Monserrat. Víctima de una cirrosis, Luca había sufrido un paro cardíaco debido a una grave hemorragia interna.
Años después de su muerte, la figura de Luca se erigió como uno de los grandes mitos de la música argentina.
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