Escapadas en Buenos Aires: los pueblos rurales con una gastronomía imperdible
A pocas horas de Capital, hay tres pueblos que lo tienen todo: historia, aire puro y una gastronomía para chuparse los dedos.
Los pueblos rurales con una gastronomía imperdible
Para quienes necesitan una pausa sin manejar demasiado, el interior de la provincia de Buenos Aires ofrece escapadas ideales con encanto de pueblo, naturaleza y platos caseros que valen el viaje. Algunos rincones rurales se transformaron en verdaderos polos gastronómicos donde la cocina tradicional se disfruta en un entorno único.
A menos de dos horas del Obelisco, tres pueblos destacan por su propuesta. Cada uno con su propia identidad, pero con algo en común: te vas bien comido, bien descansado y con ganas de volver. Estas escapadas combinan historia, costumbres y experiencias que conectan con lo más simple y auténtico de la vida rural.
Desde pastas amasadas a mano hasta asados al borde del río o tablones colmados de empanadas y chorizos caseros, estos destinos son un deleite para el paladar. Además, se suman paseos al aire libre, arquitectura con historia y un ritmo de vida que invita a bajar las revoluciones.
Los tres lugares para disfrutar de su gastronomía
San Antonio de Areco: tradición gaucha y asado a orillas del río
A 113 km de la Ciudad de Buenos Aires, San Antonio de Areco es sinónimo de identidad criolla y buena mesa. Su casco antiguo conserva adoquines, pulperías y talleres de platería que rinden tributo a la figura del gaucho. Pero también es un destino ideal para un almuerzo inolvidable al aire libre.
El río Areco es el escenario perfecto para un picnic o para almorzar en alguna de sus parrillas clásicas. El asado, las empanadas caseras y las pastas con tuco criollo se disfrutan bajo la sombra de sauces y al sonido del folklore. Además, el Museo Ricardo Güiraldes y los talleres artesanales completan una jornada a puro campo y tradición.
Carlos Keen: silencio, campo y pastas caseras
Ubicado a solo 80 km de Capital, Carlos Keen es un pueblo chico que se volvió famoso por sus restaurantes de campo. En su antigua estación reciclada como centro cultural y en sus casonas históricas, hoy funcionan lugares donde se sirven pastas caseras, carnes a la parrilla y postres tradicionales como el flan con dulce de leche.
La tranquilidad del entorno rural lo convierte en un lugar ideal para pasear, andar en bici o simplemente sentarse a charlar bajo una galería con vino y pan de campo. Los fines de semana, ferias de artesanías y música en vivo le dan un aire festivo sin perder la calma que tanto lo caracteriza.
Mercedes: río, pulpería y vida al aire libre
A unos 100 km del centro porteño, Mercedes tiene una de las propuestas más completas: historia, naturaleza, gastronomía criolla y actividades para todas las edades. Uno de sus grandes atractivos es la Pulpería de Cacho, un clásico de la zona donde se mezclan el folklore, el vino tinto, la guitarra y los platos típicos bien servidos.
Además, el Parque Municipal Independencia y el río Luján ofrecen espacios para remar, pescar o descansar. El plan ideal incluye cabalgatas, circuitos en bici y almuerzos al estilo bien campero. En Mercedes, cada detalle parece pensado para que te olvides del reloj y disfrutes con todos los sentidos.
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