Así trasladaron los restos del papa Francisco a la basílica de San Pedro
El féretro del sumo pontífice permanecerá tres días en la basílica de San Pedro para que los fieles puedan darle su último adiós.
En una emotiva ceremonia que conmovió al mundo entero, este miércoles los restos del papa Francisco fueron trasladados a la Basílica de San Pedro, donde permanecerán durante tres días en capilla ardiente.
La procesión partió desde la capilla de Santa Marta, lugar donde Francisco murió, y recorrió varios metros sobre los hombros de los hombres designados para llevar el féretro, rodeado de cardenales, guardias suizos y personal de la Iglesia que lo acompañó de cerca.
El avance del cortejo fue acompañado por los aplausos de los fieles que, desde hace días, se encuentran en el Vaticano para rendirle homenaje.
El féretro de madera fue transportado abierto, permitiendo así que los presentes pudieran observar el rostro sereno del Papa.
Los portadores del ataúd de madera caminaron seguidos por los cardenales ataviados con sotanas escarlata, obispos con túnicas púrpuras y los guardias suizos con sus uniformes dorados y azules.
El cardenal Kevin Farrell, que administra el Vaticano temporalmente hasta que se elija un nuevo papa, encabezó la procesión, con nubes de incienso precediéndolo mientras el coro de la iglesia comenzaba a cantar el himno de la Letanía de los Santos. Los cardenales se acercaban por parejas al ataúd, se inclinaban y hacían la señal de la cruz, seguidos por pequeños grupos de obispos, ujieres, sacerdotes y monjas.
Los fieles en la plaza observaron mientras el ataúd de Francisco pasaba junto a ellos, a lo largo del mismo camino que el Papa había recorrido apenas unos días antes, el Domingo de Pascua, que se convirtió en su último recorrido en papamóvil entre la gente. Fue un saludo sorpresa, que Francisco decidió en el último minuto después de que su enfermera le asegurase que podía hacerlo a pesar de su frágil salud tras una fuerte neumonía.
La policía italiana reforzó la seguridad para el velatorio y el funeral, por lo que realiza patrullas a pie y a caballo alrededor del Vaticano, donde los peregrinos continúan llegando para las celebraciones del Año Santo que Francisco inauguró en diciembre. Los fieles que atraviesan la Puerta Santa de San Pedro reciben indulgencias, una forma de ayudar a expiar los pecados.
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