Incendios forestales arrasan con todo en Texas y Oklahoma
Los bomberos trabajan sin descanso para contener las llamas, que avanzan sin control en múltiples focos.
Las llamas no dan tregua en el Panhandle de Texas y diversas áreas de Oklahoma, donde una serie de incendios forestales se expanden con rapidez debido a la combinación de sequía extrema y vientos intensos. La situación ha obligado a evacuar comunidades, ha generado cortes de electricidad y ha convertido rutas enteras en trampas de humo y cenizas.
Los primeros reportes indican que varias viviendas en Oklahoma han sido arrasadas por el fuego, mientras que en Texas al menos tres personas perdieron la vida en accidentes vinculados a la crisis, según informaron autoridades locales.
"Es preocupante la velocidad con la que estos focos se generan y se propagan", señaló Rich Otto, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional. “Es difícil llevar la cuenta. Pasa una hora y ya hay media docena de incendios nuevos”.
Para la tarde del viernes, la mayor concentración de siniestros se ubicaba en el centro-este de Oklahoma, especialmente en las afueras de Oklahoma City. “El problema es que las llamas están avanzando sobre zonas densamente pobladas”, advirtió Otto.
El panorama se agravó con una fuerte tormenta de viento y aire seco que avivó aún más el riesgo en amplias regiones del país, desde el este de Nuevo México y Colorado hasta Texas, Oklahoma, Kansas e incluso sectores del Medio Oeste. Los expertos pronostican que la amenaza continuará durante el fin de semana.
Ante el peligro, las autoridades pidieron a la población evitar los desplazamientos por carretera. Las nubes de polvo y tierra, combinadas con el humo de los incendios, han reducido drásticamente la visibilidad, provocando situaciones de alto riesgo para los conductores.
Martín Gómez, un camionero de 28 años, tuvo que hacer una parada forzada en Canyon, Texas, debido a las condiciones extremas. “Mi familia está preocupada y no quiere que siga manejando, pero tengo que hacer esta entrega”, contó.
Travis Cross, de 49 años, viajaba con su familia desde South Fork, Colorado, hacia la costa de Texas para las vacaciones de primavera, pero se vio obligado a frenar su trayecto tras encontrarse con vehículos volcados y carteles publicitarios derribados en Panhandle.
“Todo iba bien hasta que empezamos a avanzar hacia el sur”, relató. “El viento es fuertísimo y el auto se mueve de un lado a otro”. Con pronósticos poco alentadores y múltiples focos activos, el combate contra el fuego se perfila como una batalla que, por ahora, no tiene un final cercano.
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