Sorpresa en Sudáfrica: encontraron 78 cadáveres en una mina de oro
La operación de rescate pone fin a meses de enfrentamientos con la Policía, que en julio decidió bloquear las entradas e impedir el suministro de alimentos y medicinas, alegando que los mineros, en su mayoría migrantes, se negaban a salir para evitar ser detenidos.
Un total de 78 cadáveres de mineros irregulares y más de 216 supervivientes han sido rescatados en una mina de oro al noreste de Sudáfrica desde que el pasado lunes comenzó la operación para rescatar a los cientos de trabajadores ilegales que han permanecido atrapados bajo tierra desde hace más de dos meses.
Los mineros rescatados en la citada mina, ubicada en la localidad de Stilfontein, han sido detenidos por cargos de minería ilegal, según informó este miércoles a los medios la portavoz policial brigadier Athlenda Mathe.
Una empresa especializada en rescates mineros continua con la operación en la Mina de Oro de Buffelsfontein (BGM, por sus siglas en inglés), que se encuentra a unos 160 kilómetros de la ciudad de Johannesburgo y que tiene más de 2 kilómetros de profundidad.
El rescate se está llevando a cabo con una grúa que hace descender una jaula una vez cada hora en una operación que tendrá un coste total estimado de 12 millones de rands sudafricanos (algo más de 610.000 euros), según las autoridades sudafricanas.
Cientos de mineros ilegales atrapados
Se cree que son cientos los mineros ilegales, conocidos localmente como ‘zama-zamas’ (expresión coloquial en lengua zulú que significa ‘arriesgarse’ o ‘intentarlo de nuevo’), que están atrapados bajo tierra en diferentes pozos de Stilfontein desde hace más de dos meses.
"La gente que está bajo tierra se está peleando por ser rescatada primero (…) El lugar huele a cuerpos en descomposición", explicó este miércoles a una emisora de radio local uno de los rescatistas voluntarios que están ayudando a la empresa especializada en la operación de rescate.
Asimismo, el rescatista aseguró que "no es fácil decir cuánta gente hay bajo tierra debido a las distancias de los túneles que conducen a varios pozos".
A mediados del pasado octubre, la Policía bloqueó el suministro de agua y comida para forzar la salida de los mineros, pero los envíos se reanudaron en diciembre como resultado de una orden judicial y después de la fuerte presión de activistas por los derechos humanos y de miembros de la comunidad local, que también acusaron a los agentes de policía de retirar las cuerdas que los mineros usaban para salir.
Los que han salido a la superficie en los últimos meses han revelado que hombres armados los estaban reteniendo en la mina y que se quedaban con la comida enviada.
Además, vídeos presuntamente grabados bajo tierra muestran un escenario de horror por la escasez de comida y agua, con un número indeterminado de bolsas con cadáveres y decenas de personas extremadamente delgadas.
Propuesta de una investigación independiente
El segundo partido del Gobierno de coalición de Sudáfrica y principal fuerza de la oposición hasta las elecciones del pasado mayo, Alianza Democrática (DA, en inglés), pidió este miércoles al presidente, Cyril Ramaphosa, una investigación independiente sobre la situación.
La DA (centroderecha liberal) cuestionó las acciones de la Policía y del Departamento de Recursos Minerales y Energía en la gestión de esta crisis que ha conmocionado al país.
“Surgen interrogantes sobre la incapacidad de la Policía para determinar la verdadera situación bajo tierra o, peor aún, sobre su conocimiento de la situación real, que ni se hizo pública ni se actuó al respecto», planteó el partido en un comunicado.
Minería ilegal en Sudáfrica
Esta crisis se enmarca en la operación policial "Vala Umgodi" (‘Cerrar la mina’, en zulú), puesta en marcha en diciembre de 2023 para atajar la minería ilegal en el país y que había propiciado, a fecha del pasado noviembre, la detención de más de 13.690 sospechosos en siete provincias.
Desde agosto de 2024 y hasta el pasado 12 de enero, más de 1.576 mineros ilegales fueron detenidos y 1.540 siguen bajo custodia policial, según informó Mathe, incluyendo 997 mozambiqueños, 427 zimbabuenses, 118 lesotenses, 21 sudafricanos y un malauí, entre otros.
De ellos, 121 han sido ya deportados a sus países y 46 han sido declarados culpables de minería ilegal y de violar las leyes migratorias del país.
La minería ilegal abunda en Sudáfrica con mineros que trabajan en numerosas explotaciones en desuso y abandonadas, sobre todo en la zona de Johannesburgo y alrededores, a las que descienden a menudo con suficientes suministros para permanecer bajo tierra durante meses y así aumentar los beneficios de sus actividades.
Además de los riesgos que conlleva, la minería ilegal hace mella en la economía sudafricana y supone enormes pérdidas de ingresos tanto para el Gobierno como para la industria minera del país.
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