Quién era Guillermo Ferraro, el símbolo de un gabinete improvisado en la gestión de Javier Milei

Política

El exministro de Infraestructura del Gobierno libertario estuvo menos de un mes en el cargo, en una administración marcada por el caos y la desorganización.

Guillermo Ferraro, quien asumió como ministro de Infraestructura el 10 de diciembre de 2023, es recordado más por su abrupta salida que por su gestión. En apenas cuatro semanas, fue desplazado en medio de acusaciones de haber filtrado información confidencial de reuniones de Gabinete, un hecho que expuso las grietas internas de un Gobierno que prometía eficiencia y terminó inmerso en el desorden.

Su renuncia en enero de 2024 no solo evidenció problemas de liderazgo, sino que también desnudó la incapacidad del equipo de Javier Milei para articular una administración estable y coherente. Cabe destacar que el Ministerio liderado por Guillermo Ferraro concentraba áreas críticas como Energía, Transporte y Obras Públicas, sectores que el gobierno libertario había prometido revolucionar.

Sin embargo, su gestión fue tan breve que poco o nada pudo avanzar. En su lugar, el Gobierno optó por desmantelar la cartera, fusionándola con el Ministerio de Economía, en un movimiento que no solo complicó la estructura burocrática, sino que también puso en evidencia la falta de planificación estratégica de la administración Milei.

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Antes de sumarse al gabinete, Ferraro contaba con una trayectoria destacada como consultor en KPMG y funcionario público, pero ni su experiencia pudo salvarlo de las tensiones internas de un gobierno que parecía más centrado en resolver conflictos internos que en cumplir sus promesas de campaña. Su salida fue seguida por varias crisis similares, que reforzaron la percepción de que el equipo de Milei no estaba preparado para gestionar un país con las complejidades de Argentina.

La breve y turbulenta experiencia de Guillermo Ferraro refleja los desafíos estructurales de un Gobierno que, lejos de traer estabilidad, ha mostrado una alarmante tendencia al caos. Promesas incumplidas, decisiones improvisadas y conflictos internos han definido los primeros meses de una administración que sigue generando dudas sobre su capacidad de gobernar para las mayorías.

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