Detuvieron al exentrenador denunciado por abuso sexual por la medallista olímpica Eugenia Bosco

Sociedad

Leandro Luis Tulia fue denunciado por cuatro mujeres, incluida la regatista, por distintos hechos presuntamente ocurridos en el Yacht Club de Olivos.

El exentrenador Leandro Luis Tulia fue detenido ayer en Vicente López tras haber sido denunciado por abuso sexual por cuatro mujeres, entre ellas, la medallista olímpica París 2024 María Eugenia Bosco.

La detención de Tulia, de 53 años, se produjo en un domicilio ubicado en Av. Del Libertador al 2800 por orden del juzgado de garantías. El arresto lo llevó adelante personal de DDI de la provincia de Buenos Aires e intervino la UFI de Género de Vicente López.

Bosco - quien fue ganadora de la medalla plateada en los Juegos Olímpicos celebrados en París 2024 - denunció a Tulia en octubre de ese año. Tras su denuncia, otras tres mujeres se acercaron a la fiscalía para contar que también habían sido víctimas de abusos.

Leandro Luis Tulia detenido

La Justicia determinó que todas las mujeres acusaron a Tulia de “tocamientos no consentidos y mediante el aprovechamiento de la relación en poder y autoridad por su rol de entrenador mientras se hallaba a cargo y en guarda de las menores”.

Otra de las denuncias fue realizada por una mujer identificada como Carolina, que el 4 de noviembre del año pasado se presentó ante la Justicia por hechos que presuntamente ocurrieron entre 2010 y 2013.

La denunciante contó que en su infancia solía practicar deporte de vela en Yacht Club de Olivos y que Tulia, que era su entrenador, dormía en el predio y también viajaba con el resto de los atletas a las competencias. Durante esos viajes, que solían durar entre 15 y 20 días, pedía que no hubiera padres como acompañantes.

De acuerdo a la denuncia de Carolina, Tulia “le pedía que se quedara en su habitación y le decía que le realizaría masajes para que no estuviera tensionada, acariciando sus piernas como así también le tocaba sus partes íntimas”.

La denuncia de Eugenia Bosco contra Tulia

eugenia bosco

Según contó Bosco a La Nación, los abusos ocurrieron cuando tenía 12 años y formaba parte de la escuela Optimist, la práctica inicial en vela destinada a niños y niñas de entre 6 y 15 años. Allí, desde hace 20 años, Tulia estaba a cargo de esta enseñanza e incluso vivía dentro del Yacht Club de Olivos, por lo que durante los fines de semana, los alumnos se quedaban a dormir para optimizar el tiempo de aprendizaje.

"Sucedió cuando era muy chica, o sea, cuando estaba navegando en Optimist. No sé cómo explicarlo, pero fue algo que pasó, que no lo controlé, tenía 11 o 12 años y lo aparté de mi vida hasta hace un par de años que lo pude ver, trabajando obviamente y con gente acompañándome. Lo pude volver a mi mente y arrancó otro proceso. Yo sabía que había algo en mí, no sabía de dónde venía, pero sabía que había algo. Y cuando esto vino empecé a entender un montón de cosas", afirmó Bosco a ese medio.

"Es una edad en la que empezás a clasificarte a campeonatos, a viajar sola, a tener un grupo donde te mezclás mucho. Yo venía de San Pedro todos los fines de semana, viajaba a veces con mi hermano (Santiago, dos años mayor y con el que llegó a disputar un Mundial en 29er, otra categoría juvenil), a veces sola y después éramos un grupo grande que se quedaba a dormir en el mismo lugar, todos bajo el cuidado de esta persona. Era un pequeño mundo. Que al final, cuando sos niño, es muy divertido porque estás con tus amigos, estás en un ambiente que creés que controlás, digamos, porque estás en un club, te sentís cuidada y sobre todo tus papás confían y te dan esa confianza de quedarte a dormir ahí. También nosotros hacemos un deporte al que le dedicamos muchas horas. Yo iba todos los fines de semana y a eso le sumaba quedarme a dormir, así que eran muchas horas y mucha responsabilidad de esa persona de estar al mando de nosotros", completó.

A partir de la denuncia inicial de Bosco, en octubre, se sucedieron los relatos de tres mujeres. Los detalles involucrarían desde masajes hasta tocamientos. Esto se hacía bajo amenaza o, a veces, a cambio de privilegios, como el uso de teléfono celular y computadora y el acceso a los mejores barcos para entrenar.

"Pasé por mil etapas de vergüenza, de no aceptarlo, de pensar que yo era la culpable. Después de un tiempo lo puse en la mesa y dije: ‘Yo era chica, no tenía el control de esta situación’”, afirmó Bosco.

El abogado de Tula, Daniel Marino Mazzocchini, resaltó la inocencia de su cliente y negó los hechos. “Datan de hace mucho tiempo, están prescritos, por lo que la causa naturalmente va a desenvolver en un sobreseimiento. No son abusos que revistan una entidad suficiente para generar un escándalo”, sostuvo.

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