El jugador que sufrió tres paros cardíacos y hoy se dedica a la electricidad
Defendió los colores de Boca y dio el salto a Europa, pero la vida le tenía preparado otro camino. ¿De quién se trata?
Fue una de las grandes apariciones del fútbol sudamericano, pero una lesión cardíaca casi le cuesta la vida.
La vida de un jugador de fútbol está llena de desafíos, pero pocos están preparados para enfrentar problemas de salud que van más allá de las típicas lesiones. Hernán Florentín, exjugador del fútbol argentino, vivió en carne propia una historia que lo alejó de las canchas y cambió su destino para siempre.
Con un debut soñado en Boca Juniors, compartiendo equipo con leyendas como Diego Maradona y Juan Román Riquelme, Florentín tuvo que enfrentar graves complicaciones cardíacas que casi le cuestan la vida. Hoy, lejos del fútbol, encontró una nueva oportunidad trabajando como electricista.
Hernán Florentín y su paso por el fútbol
Florentín fue una de las grandes promesas del fútbol paraguayo. Debutó con tan solo 16 años en el Sport Colombia, equipo de la Primera División. Su talento lo llevó rápidamente a representar a su país en la selección juvenil, participando en el Sudamericano Sub-20 de 1997 en Chile. Allí, sus actuaciones llamaron la atención de Boca, lo que marcó un gran paso en su carrera.
Con solo 17 años, se mudó a Argentina para unirse al club xeneize, donde tuvo el privilegio de compartir equipo con figuras de la talla de Maradona, Riquelme y Claudio Caniggia. Bajo la dirección de Héctor "Bambino" Veira, logró debutar en Boca, aunque una lesión severa en el tobillo lo dejó fuera de las canchas durante nueve meses.
Tras su recuperación, continuó su carrera en Ferro, donde recuperó su nivel, y luego emprendió una aventura europea jugando en Alemania e Italia. Sin embargo, decidió regresar a Sudamérica, sumándose a Cerro Porteño y más tarde a All Boys. Fue allí donde su vida dio un giro trágico durante un partido en octubre del 2000.
Un fuerte golpe en la cabeza le provocó tres paros cardíacos y un derrame cerebral, dejándolo en coma por 17 días. Gracias a la rápida acción del médico del club, logró sobrevivir, pero tuvo que someterse a una cirugía de urgencia y a un proceso de rehabilitación que se extendió por tres años.
A pesar de su gran lucha, las secuelas en su lado izquierdo fueron irreversibles, lo que puso fin a su sueño de seguir jugando al fútbol profesional.
Su vida después del retiro
Después de verse obligado a abandonar el fútbol, Florentín volvió a Paraguay, radicándose en Ypané, una localidad cercana a Asunción. Allí, encontró una nueva ocupación como empleado administrativo en la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), la institución estatal encargada de gestionar los servicios eléctricos en el país.
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